El estudio Drom Living, encargado de la reforma de este piso barcelonés de 70 metros cuadrados, según sus propias palabras, apostó por un diseño de estilo nórdico, vital y luminoso, combinado con elementos industriales. El piso, absolutamente deteriorado y oscuro, es un claro ejemplo de cómo a veces, del deterioro surge la magia. En este caso el reto era renovarlo a todos los niveles y transformarlo en un hogar atractivo para poder ser alquilado. El mobiliario compuesto por elementos de diseño y piezas industriales aporta vida, luminosidad y frescura.
La combinación de blanco, negro y gris piedra, que domina la mayor parte del apartamento, gana un poco de vida con pequeños toques de color con textiles y alguna planta.
Se eliminaron tabiques en la entrada para que la luz que entraba pequeño balcón del salón fluyera por todo el piso para fomentar la sensación de continuidad desde el recibidor. La recuperación del ladrillo antiguo de la pared le da al espacio un aspecto de loft industrial.
En la cocina, un auténtico desastre antes de la obra (como el resto de la vivienda) ahora conviven con elegancia el mosaico hidráulico y la madera, junto a un mobiliario de líneas modernas en blanco, ganando también luminosidad.
Los tres dormitorios de esta vivienda se abren al color, dándole uno característico a cada uno de ellos pero de una forma sutil y delicada con un telón de fondo blanco, únicamente para romper con la monotonía sin abusos.
El baño es otro espacio llamativo, donde el cambio es total. Piezas, alicatados y el cambio de la bañera por un buen plato de ducha le aporta espacio, modernidad y un aspecto inmejorable.
Fotografías, de Néstor Marchador – Vía
Creo que éste es uno de esos casos, donde la reforma es tan sorprendente que parece haberse hecho magia con unos espacios que parecían no tener remedio. Una obra inteligente, creativa y llena de buen gusto.
Espero que os haya gustado 😉
MariAngel